sábado, 22 de noviembre de 2014

La vi tumbada en la escalera, fumando, como si supiera que mañana se iba a acabar el mundo;

Como si mañana fuera su primer día de colegio o tuviese que cortarse el pelo a la altura de los hombros porque le tocaba cambiar.

De vida.

Tenía los ojos azul miedo y la misma herida de siempre, metía los dedos hasta el fondo, saboreando con la yema de sus dedos el dolor que no quería dejar de sentir.

Todavía no ha escuchado su canción favorita,
pero muchas hablan de ella.

Pierde la razón y los papeles;
el corazón sigue estando en su sitio -juraría que en el pecho-
pero más de un día la vi revolviendo los cajones en busca del alma perdida.

La he visto desnudar sonrisas y humillar al sol,
ser mapa y tesoro al mismo tiempo,
cerrar la boca para abrir los ojos.

Un día decidió pasar de todo para dejar paso a la indiferencia más absoluta.

Ese mismo día se mintió evitando mirarse al espejo y con la libertad de un pájaro,
empezó a escribir.

Limpió su conciencia y se acordó de olvidarse de todo;
menos de ella.

Se besó las rodillas a cámara lenta,
la contemplé mientras se despertaba
la vi ser capaz e inocente.

Existir en soledad y merecer un ‘para siempre’.

Enamorarse del invierno, ahogarse en libros y ser gilipollas.

Sabe bailar el silencio y limitar sentimientos.

Un día, como otro cualquiera, la vi tumbada en la escalera, fumando, como si supiera que hoy se iba a encontrar por dentro.

Entonces me levanté,

besé el espejo;

y me juré ser feliz en superlativo.

Y, desde entonces, no he vuelto a conjugar verbos en pasado.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Hace mucho que me he acostumbrado a mirarme y no encontrarte;  
y no es por falta de valentía, 
es que me has enseñado a dejar de tener ganas.

Me he llevado las manos al corazón porque he oído el tic-tac de mi reloj retumbar entre estas cuatro paredes y me ha sonado a ruinas.

He convertido sonrisas en indiferencia,
pero también sé ser feliz sin que se note.

Me he mudado de personas cuando lo he necesitado; 
así que no tientes a la suerte, que es una ramera y se va con cualquiera.

Ya no tengo nostalgia; suenan cristales rotos y no sé qué recuerdo se me ha caído, 
será que pocas cosas merecen mi pena.

Me he quedado sola ante el peligro de perder.
No queda remedio;
pero te advierto,insensato, prefiriendo ser la enfermedad.

Escucho ‘here with me’ unas 356 veces al día y, cada vez, me suena diferente;
lo mismo que tú; 
que, aunque respiremos el aire del mismo bar, no nos sabe igual.

Te juro que he buscado un final digno de mí, 
y sólo he podido esbozar una frase:
'estoy dispuesta a hacer cualquier locura por amor...
 pero tonterías las justas;

porque he llegado a un punto en el que lo único que me queda es decidir si es final,seguido o suspensivo.' 

jueves, 2 de octubre de 2014

Hola. ¿Sigues ahí?

Te vas a girar cualquier noche en la cama y te vas a encontrar con todas las caricias que no te di.

Un día te mirarás al espejo y verás en tus ojos todo el dolor que un día me regalaste.

Vas a lavarte la cara, queriendo quitarte la culpa de encima y te vas a creer, por un momento, que lo has conseguido.

Después te vestirás con la ropa que un día yo te arrancaba sin tocarte; te pondrás esa camiseta con un mono que tanto te gusta y que yo detesto, y esos vaqueros rotos, que se te caen a pedazos; soñando que me peleo con tu cinturón para desabrochar las ganas que tienes de follar cada mañana.

El café te va a saber más amargo de lo habitual; no estaré yo encima de la mesa comiéndote el cuello mientras te endulzo la vida con alguna que otra sonrisa entre dientes.

Se te va a olvidar cerrar la puerta con llave; esa que yo he abierto tantas veces para no volver, pero he cerrado otras tantas para no perdernos.

Tendrás que pasar por delante del bar de siempre. Con los de siempre. Pero sin mí. Cerrarás los ojos para no ver mi ausencia reluciendo en todos los escaparates.

La rutina te comerá, pero nunca como yo.

El trabajo te asfixiará, la corbata te ahogará y los papeles te amputarán esa poca energía que te queda para dar los buenos días.

Te reirás de algún chiste malo; y entre carcajada y carcajada, verás mi cara mojada como aquel día que nos llovió por dentro.

Abrirás el primer cajón y encontrarás la foto que no nos hicimos porque nos enamoramos de un instante que no hacía falta inmortalizar porque prometimos que nunca lo íbamos a olvidar;

descubrirás debajo de todas las carpetas, esa factura de aquel hotel de la noche en la que nos desvivimos porque, literalmente, se quedó allí un poco de nosotros impreso en las paredes de esa habitación blanca que rezumaba insomnio por todas partes.

Saldrás corriendo de ese trabajo inútil y cogerás el coche rojo que tantas veces nos ha llevado a sitios maravillosos por esas carreteras perdidas de tu mano y verás a la nostalgia sentada de copiloto susurrando mi nombre.

Irás corriendo, sin mirar, fijándote en la nada que te espera delante de todo lo que te rodea creyendo que al final de ese túnel oscuro y sombrío vas a encontrar un poco de luz que ilumine esas noches en vela.

Caerás en el sofá, desplomado, con las ganas por la bragueta y cerrarás los ojos mientras metes tu mano en los pantalones para masturbarte por sexta vez antes de desmoronarte en la cama para dormir tres escasas horas y tener que volver a abrir los ojos y enfrentarte, otra vez, a ti mismo.

Te girarás, como todas las mañanas, y verás los besos en la almohada y los orgasmos que me robaste; chocarás con la felicidad que nos faltó y te preguntarás cuántas noches más tendrás que aguantar el peso de tu conciencia, mi presencia indirecta en tu cama, el olor a sexo que desbordan los cajones, la ausencia de ropa interior por el suelo…

Y entonces te verás sin mí y dudarás cuántos abrazos habrían hecho falta para que me quedara una vida más contigo.

Te darás cuenta de que, a pesar de las volteretas, nunca supiste estar a mi altura y pensarás ‘ojalá no hubiese dormido nunca solo por no perder ni un solo minuto contigo’.

Y sentirás, de repente, que la vida murió el día que me dejaste marchar...

... Por tonto.

viernes, 12 de septiembre de 2014

No creo en la vida después de la muerte un domingo,
no creo en los catorces de febrero, ni en los ramos de rosas sin espinas.

No creo en el silencio que nos grita a los oídos,
no creo en el invierno sin tus pies,
tampoco creo en las películas con un final feliz.

No creo que tengamos que darnos la mano para pasear, ni creo en las ventanas que se abren después de cerrar puertas.
No creo en los amaneceres que no sean entre tus piernas, no creo en la ausencia del miedo, ni en esas tonterías de 'el tiempo lo cura todo'.
Tampoco creo en una risa que no acabe en ti, no creo en un punto y final, ni en los puntos de sutura.

No creo en islas desiertas de ti, y tampoco en la gente que deja de fumar porque no sabe malgastar su vida.
No me puedo creer la poca gracia que me hace tener papeles y no perderlos cada dos por mil veces que me quitas las bragas.

No creo en los cumpleaños si no cumplen lo que dicen.
No creo en los mapas del tesoro porque no te señalan a ti.
Tampoco creo en los valientes porque no tienen miedo de perder.
No creo en tocar el fondo de nada si no es el tuyo.

No creo en excusas baratas que al final salen caras.
No creo en la magia porque siempre caigo en la trampa.
No creo en la gente que no llora porque algún día morirán ahogados.

No creo en mí, ni en la felicidad.

Tampoco creo en el amor,


pero creo en ti.
Y eso es una puta maravilla.

Y creo que deberíamos compartir  vida,
colchón
                                                    y pesadillas...

miércoles, 9 de julio de 2014

Diario de una ninfa

Me he despertado después de muchas noches sin dormir en esta cama que ha sido el escenario de tantas pequeñas muertes;

he perdido la cabeza por encontrar tu corazón, pero he descuidado el mío y ahora solo tengo muchos golpes 

y ninguno es de suerte.

 Me has metido mano sin llegar a tocarme,
me has arrancado la lencería con los ojos,
me has mordido con las manos.

Sabes cómo pasar tu mano por mis caderas y meterte debajo de mi piel,

me imaginas con los ojos que proyectan tus ganas de gritar mi nombre en pleno orgasmo,

me tocas como si fuera de cristal pero me rompo al pensar que no me rozas para destrozarme, joder.

Podría pasarme la vida entera tumbada, en bragas, con las ganas a flor de piel;

deberías entrar sin llamar por amor al silencio, follarme con las manos y llenarme los oídos de ciudades ahogadas en lluvia.

Y no sé, hoy tenía que decirte que estás muy guapo; tanto que me he ido al verte,

y quiero volver a hacerlo y subir las escaleras al cielo, desnudarte de frío y llenarte la boca de mares que no hayas visto.

Arráncame éstas ganas de bostezo y métete dentro como si no hubieras desayunado y quisieras comerte mi mundo,

ven a calentarme los abrazos y deslízate sonriendo entre las rodillas, pasa tu lengua por mi ombligo y llega hasta donde los besos regalan flores a cambio de orgasmos.

Colócate aquí y ponme. Allí, encima y lame y salva y folla -

                                        me.

Nos han crecido las ganas de primavera,

pero no te equivoques; 

el verano está a la vuelta de mi esquina y promete sonar a guerra en tu pecho.

Tócame como el que sabe que mañana va a llover y no quiere paraguas,
excítame como el que sabe que no espera a un viernes para ser feliz,
córrete como el que se enamora de la chica mala.

Hazlo y no pares, porque si paras, estoy perdida y si me pierdo voy a tener que encontrar la manera de salir a buscarme y ahora lo único que quiero es follarte contra la pared.

Me he convertido en una chica neón, que solo se enciende por la noche, 
cuando golpeas mi puerta con tu insomnio y yo no tengo más remedio que el que me queda: abrirme y que el sexo nos llueva del cielo y que el porno se muera de envidia.

Y sí, la felicidad puede ser maravillosa y la vida es eso que pasa mientras escribimos sobre ella; pero algún día cualquier descuido se convertirá en el amor de tu vida y entonces te darás cuenta de que el sexo es genial pero que a ti te siguen gustando las canciones con melodías que puedas bailar.

martes, 17 de junio de 2014

Es verdad...

...no sé preparar café.
Tampoco sé programar la televisión,
no me sé la letra de tu canción favorita,
no sé querer a medias, ni dejarme comida en el plato.

Suelo dormir más mal que bien; más bien poco y más mal mucho.
No tengo ganas -ojalá me dieras las tuyas-
me despierto con el pie izquierdo casi todos los domingos.

Me quiero poco y mal,
no sé cantar,
tengo miedo a casi todo y dudo una vez al día de mi vida.

Tengo nostalgia para dar y regalaros a todos,
lloro cada dos por mil veces al día.

Que sí, es verdad...

Tengo canciones clavadas en el corazón,
no tengo sueños, pero sí tengo mucho insomnio, ¿quieres?.

Me miro poco al espejo para no encontrarte,
echo de menos de más.

No sé decir mentiras, pero me las creo todas.

Soy capaz de morirme todas las veces que me mates a besos.

No tengo alas, ni mariposas, ni tiempo.

Ojalá fuera la respuesta a la incógnita de tu vida.

Tardo diez minutos en arreglarme por fuera;
pero todavía no he aprendido a hacerlo por dentro.

No sé pensar -si no es en ti-,

Sé dolerme a cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día de la semana de todos los años de mi vida.

No tengo motivos porque nadie me los ha dado y tampoco los he buscado.

Se me da de puta madre ser pasado y me cuesta ser presente.

Me confundo de llave cada vez que entro en casa.

No sé dormir con pijama y suelo tachar después de escribir.

Odio madrugar y suelo dejarme las luces encendidas.

Nunca me voy sin despedirme y odio decir adiós.

Sí, es verdad...

Ato cabos y no sé deshacer el nudo de mi estómago,
no creo en la magia pero me han hechizado más de una vez.

Soy complicada, difícil, casi imposible; destructible.

Paso de buena a tonta y de tonta a hija de puta.

No sé ser razón, pero tengo mucha.

Vivo en una caída constante.

Todavía no he aprendido a cocinar; siempre se me quema todo por esperar demasiado.
Bebo mucho, bailo mal, pero es que vivo peor.

Tengo el odio por las nubes y el amor por los suelos;
no miro por donde piso y más de una vez la apatía me convence de que para hacer algo mal, mejor no lo hagas; y eso hago: nada.

No me gustan los lunes, ni los martes, ni los miércoles,ni los jueves,ni los viernes,ni los sábados y, por supuesto, tampoco los domingos; me despierto de mal humor y tengo tengo manías que no puedo remediar.

No veo fútbol, cruzo los semáforos en rojo y no sé sonreír cuando estoy triste.

Pero..¿sabes qué?

Tengo ojos de gata y suelo gastar más vida de la que tengo. 
También sé correrme pensando en ti y abrazarte desde lejos.

Sé prepararte el desayuno sin levantarme de la cama.
Me encanta abrir la ventana los días de lluvia y calarme de ti.

Puedo acariciarte sin tocarte, morir de amor y sonreír a quemarropa.
También sé volver a empezar cuando me disparan al corazón.
Sé lamerme las heridas de la espalda y soy perfectamente capaz de comprar flores cualquier día de la semana.

Me encanta gritar mi canción favorita y llorar porque sí.
También puedo vivir de poesía y comer a base de sonrisas.
Sé perderme entre la gente y no encontrarte nunca.

Aprendo de mis errores y siempre caigo en la cuenta -aunque tarde-.
Sueño despierta porque dormida me da miedo.

Soy persona, tengo principios y muchos finales.

Soy preciosa cuando no me miras, y tengo guardados secretos en el cajón de la mesilla.

Sé discutir conmigo misma para luego reconciliarme y quererme mejor que nadie.
Soy valiente por mí y por todos mis compañeros;
kamikaze enamorada;
superviviente,
historia sin acabar.

Además..

Sé comerme las noches más oscuras de Madrid
y follarme límites.

Puedo olvidarme de mí y ser un carnaval en tu pecho.

Soy perfectamente imperfecta y un arma cargada de mí misma.

Me bebo las ganas cada viernes y me atraganto por impaciente.

Me riego porque soy flor en primavera pero llevo el invierno por dentro;
y sé despertarme con la sonrisa a flor de piel.

Escucho mi canción favorita por dentro y soy una revolución de tulipanes de colores.

Sé encontrarme aunque no me busque,
lo siento por ti y por mí; y por todos los que no han querido sentirlo.

Quiero por encima de todos los peros, y me invento motivos aunque no los necesite.
Puedo pasar página sin cortarme y sigo pidiendo deseos cuando soplo pestañas,velas y dientes de león.

Digo la verdad y, además, te la enseño.
Sé esperar, sé volar sin salir de la cama y sé ser el escondite perfecto.

También...

Soy especialista en besar 'ojalás',
en naufragar en personas,
y sonreír y devorar a la vida.

Puedo tocar el cielo solo con ponerme de puntillas,
llegar lejos sin moverme del sitio,
irme de aquí sin salir de mí.

Se me da bien disimular, tener ganas y coger fuerza.
Suelo beber vino porque se fue,
y quepo en una canción de Andrés.

Tengo una imaginación que no me cabe en el sexo,
un corazón invencible y muchos quiero y puedo.

Sé dolerme de puta madre hasta florecer en invierno,
llevo poesía en el bolsillo y me acuerdo mucho de todo -a no ser que te olvide.- 

A veces puedo ser puente y suicida a la vez,
me encantan los precipicios altos y las palabras caras. 

Pero, sobre todo:

sé querer con los ojos cerrados,

por encima de mi cadáver 

y con el arma cargada apuntando hacia mí. 

sábado, 3 de mayo de 2014

Te dí la mano y acabaste cogiéndome el corazón.

Te dí la mano y acabaste cogiéndome el corazón.

Te pedí que me mirases y no fuiste capaz de girarte para ver que estaba ahí.

No voy a escribir las más de cien mentiras que devoré,
tampoco voy a recordarte que hace poco querías salir corriendo a buscarme para encontrarte.
No quiero hablar de todo lo que nos hemos perdido;
de las intenciones, ni de las noches del 'te prometo que solo tú',
siempre nos hemos sabido a derrota,
en vez de sabernos de memoria.

Tal vez si hubieses probado a jugar a quererme
habríamos ganado la partida;
te habrías dado cuenta de que no hay mejor manera de morir que abrazado a mis ganas de follarte cada noche.

Estoy jodida
pero no contenta,
ni radiante;
resumiendo: estoy jodida.

Conozco precipicios para aburrir, 
pero,a la mierda; yo me hubiese tirado por el tuyo:
toda una vida.

Tengo el corazón sin hacer, 
la cama,
el café,
y el amor.

Préstame un poco de tu indiferencia, tu impasibilidad, tu indolencia, tu desdén;
sonríe a las jodidas mañanas,
vamos a emborracharnos los viernes y a disimular;
vamos a hacer como si todo este follón de ir, volver, fines de semana, sexo sinsentido, estaciones que parecen terminales, monstruos que no se quieren morir.... 
como si todo este jaleo no hubiese pasado, 
porque tú nunca quisiste pararte en mi estación y yo era el tren de tu vida.

Enamorarse es la hostia
y yo soy la tuya;
la que te ha faltado.

No nos hacían falta alas para volar, 
solo las ganas de huir y las noches de arrebatos sinceros de echarnos de menos desnudos por dentro y las ganas de desvestirnos por fuera.

Brillas por tu ausencia, cabrón.
Y yo te escribo esto para ponerte los puntos sobre las íes, 
pero contigo no me sale ni el punto y seguido.

Cambiaría la poesía,
el viento,
las flores 
y cualquier otra droga 
por un roce de tu piel que se lleve todo este estropicio;
que me lleve a mí,                                                                                                      contigo.
Que me traiga sueños y se lleve el insomnio,
que me deje sin palabras y que la felicidad, por un jodido instante, se corra de alegría al verme.

Estaría de puta madre;
y yo, también.

No soy musa, ni mucho menos poeta, ni poesía;
pero puedo ser tu última bala, tu secreto mejor guardado y el único que quieras contar, tu éxtasis, puedo ser tu gata y comerte la lengua, puedo ser sed y saciarte al mismo tiempo, puedo ser el 'ella' de tu Madrid, tu amante, tu amada, tu último beso, tus ganas de follar, tu revista porno favorita, tu droga o tu felicidad.


Porque no nos vamos a engañar:
si estás leyendo esto,
es porque 
todavía quieres morirte entre mis flores.

No seas imbécil.
vamos a jugar a que no me has perdido,
vamos a tropezar con la misma pena,
vamos a romper a volar,
vamos a desnudar al amor para tener menos frío.

No seas imbécil:
 ven, que tu mirada es mi mundo,
ven, que mi poesía eres tú,
ven, que vamos a jugar a destrozar la razón para que nos quede solo el corazón.



Ven;
porque no nos vamos a engañar:
si estás leyendo esto,
es porque todavía quieres morirte entre mis flores;
y yo que te lo escribo,
estoy deseando que vivas entre mis piernas. 

jueves, 24 de abril de 2014

Ojalá te duela bonito.
Ojalá te duela incontables noches.


Ojalá busques mi boca en cada sonrisa que beses, y no la encuentres.
Pregúntate dónde estaré y a quién estaré besando.
Pregúntate si estaré desayunando galletas o comiendo helado o bostezando o desnudando a bocados las ganas que un día te tuve a ti.

Pregúntate si mis piernas estarán rodeando los kilómetros de otro y si juego a no dormir por murmurar palabras de amor, como hacía contigo.

Espero que cada mañana te despiertes pensándome y arañándote los ojos por no tener mis buenos días acariciando cada centímetro de tu piel desnuda.

Ojalá te arrepientas de no haber corrido hacia la vida que me prometiste.
Ojalá hubieses sido menos bala y más valor.

Espero que un escalofrío te recorra de arriba a abajo al que ver mi sonrisa ya no es tuya, que mis manos siguen escribiendo pero ya no es a ti y que alguien reclama mi mirada cómplice que tu has esquivado sin comerme ni beberme.

Pregúntate si en cada semáforo en rojo me paro a pensar en ti o lo cruzo kamikaze, sin mirar, porque ya no me gusta esperar desde que tú me enseñaste que esperar no sirve de nada.

Pregúntate quién recorre con su boca la espalda que una vez fue muy tuya.
Mírate en el espejo y echa de menos ver el reflejo de mis ojos comiéndote por detrás.

Búscame con la mirada en cualquier rincón de cada viernes en el bar y pregúntate por qué ya no me encuentras en tu cama cada noche y ya no te grito mis ganas en forma de gemido ahogado.

Tropieza conmigo al abrir cualquier sobre de papel y choca con tus ganas de que sea yo, y de que una foto mía aparezca haciéndote el amor con mi sonrisa.

Duda de ti y cánsate de que no aparezca en cada esquina,
hártate de tu vida incompleta, 
de las películas que acaban bien 
y de las cervezas que saben a nada.

Vuelve;
a preguntarte en quién pensaré cuando dibuje corazones en el aire,
quién meterá la mano debajo de mi vestido,
a quién le dedico mi cielo,
quién me salva cuando todo son espinas 
y, sobre todo, de quién es ahora mi sonrisa.

Escúchame en todas esas canciones que un día nos dedicamos.
Descúbrete buscándome en cada cama en la que no puedes dormir porque no estoy yo.
Pregúntate si sigo esperándote y si algún día podrás lamer las heridas que tú, un día -tras otro-, has ido abriendo más y más y metiendo los dedos untados de sal y mentiras.

Sorpréndete escribiéndome todo lo que un día me prometiste;
y júranos que esta vez es de verdad,
que no vas a adornar con mentiras tus ganas de tenerme.

Acuérdate de tu debilidad;
acuérdate de mí.

Que te follen. Que te follen y pienses en mí; y cuando te corras abras los ojos y veas que no soy yo. 
No son mis manos, ni mi pecho, ni mis muslos los que rozas; y te acuerdes de que el amor no es eso,
el amor soy yo; y que ya no te hago.

Muérete por mi,

de mi,
conmigo. 

Que toques fondo; pensando que me tocas a mí,
pero no;

y te des cuenta de que lo único que quieres es tocarme hasta el fondo.

lunes, 14 de abril de 2014

Estupidez Emocional

Llegar,sabiendo que nunca te has ido. 
Joderte viva porque ya estás muerta. 
Llorar porque no queda más remedio y no hay remedio que cure este miedo. 

Mirar por la ventana en vez de al espejo.
Salirte del papel al dibujar tu corazón porque no te cabe en el lienzo. 
Mirar por encima del hombro a la tristeza.

Vivir a medias,pero no compartirlo con nadie. 
Echar de menos en vez de la culpa. 
Seguir por inercia. 

Sonreír de mentira y que esa sea la única verdad. 
Coger impulso para caerte desde más arriba. 
Pasar de largo y de ti.

Escribir por no llorar mientras lloras lo que escribes. 
Tener problemas y que sean lo único que te queda. 
Llamar puta a la vida y que tú lo seas más. 

Cerrar la puerta pero no abrir ninguna ventana. 
Estar cansada de lunes a siempre. 
Dar guerra deseando la paz. 

Perder por querer;
y dejar de querer para no perder. 


Llegar al final sin saber donde acabar. 

Acabar sin despedirse porque no hay adiós que valga la alegría. 

sábado, 29 de marzo de 2014

Coge aire que te vas a enamorar.

Pero nunca nadie te avisa de que después te va a faltar -el aire- y te va a sobrar todo lo demás,
que te vas a asfixiar, 
te vas a poner morado de hostias que te van a dar.

Como tú.

Te definiría como el error de mi vida,
como un verso que no he besado,
como un tropiezo mal dado,
como una resaca que no he sabido vomitar del todo.

Tenías que mentirme para tenerme,
y me tuviste de verdad;
hasta que descubrí que las mentiras tiene la polla muy caliente, 
las manos muy inquietas, 
la mente fría, 
y los sentimientos rotos. 

Me lo tragué todo sin mirar, 
sin respirar;
como el que se tapa la nariz para no saborear
pero yo te miré y te respiré;
y te tragué saboreándote con gusto.

Te quedaste en mi paladar, en mi lengua, en mi garganta, en mi esófago, en el estómago.
Me invadió la sensación más humana del mundo, me dejé la piel y las costillas por el camino;
y tú me violaste la boca y los ojos con esa lengua colmada de veneno.

Después de algunas cervezas de más, 
canciones de lágrimas 
y algún polvo perfecto 
todavía no he aprendido a decirte adiós 
pero no sabes cuántas veces me lo he imaginado.

Que salga el sol por donde hieres,
que se me salga el sol por la boca;
porque estoy herida de vida sin ti;
pero tú estás herido de muerte con ella.

Perdona, es que me he visto queriéndote más de la cuenta y me he odiado por eso;
y odiarme a mí es odiarnos a los dos.

Todo parece que es ayer,
pero la rabia del principio solo es la nostalgia del final.


Ahora, así, a lo lejos -como siempre- a kilómetros de frialdad, desamor y puñaladas
queda un camino de vuelta precioso que ojalá te sepas de memoria;
'porque no estoy para tonterías, pero tú puedes volver cuando quieras'

La putada es que nunca te quedó claro que la ruta de mis piernas era casa 
y que no hacía falta llamar al timbre para salvarte;
que podíamos joder a los vecinos llegando tarde al orgasmo 
y no me aprendiste como si fuese la palma de tu mano.

No te sabes mis lunares de memoria,
no te desquician mis manías,
no me preparas el desayuno,
no me cantas a susurros,
no me desvistes con la mirada,
no me acaricias el pelo, ni me das la mano;
pero espero que te la próxima vez que te corras, estés pensando en mi.
Que me inventes en tu cabeza,
que te drogues de mí,
que no me entiendas pero me escribas,
que te enciendas pensando en mis labios,
y no te evites al verte imaginándome.
                                               
                                                                Y me siento a esperar,
y me hago cada vez más pequeña,
más diminuta, 
más minúscula,
porque a cada hoja que florece te veo más lejos,
más allí y menos aquí.

Porque todavía no te has subido a cualquier autobús para convertirme en mayúsculas,
para dejar de lado la puta indiferencia y correrte para mí,
para hacernos arder en el frío de Madrid,
y asaltarme a corazón armado pidiendo la rendición de toda mi ropa ante ti.

No sé cómo despedirme.

Me propongo un plan:

dejar de buscarte,
parar de escribirte,
olvidarme del 'para siempre',
deshacerme de la idea estúpida de girarme para encontrarte,

y, sobre todo,

 coger mucho aire porque la hostia no ha hecho más que empezar.

sábado, 15 de marzo de 2014

Hoy he descubierto que en una mano me caben todas las lagrimas que no puedo contener.

Me he dado cuenta de que en un suspiro sé decirte lo mucho que te echo de menos.

Hoy me he dedicado a escribir todo lo que me sale del corazón y reflejan mis ojos,
y he tenido que entender que parte de mí, eres tú.

He visto que mis manos son capaces de aguantar lo que mi boca te haría a cada segundo que pasa.

He caído -como tantas otras veces- en la cuenta de que la imaginación juega conmigo como yo lo haría con mi lengua en tu boca.

Hoy me he acariciado cada pedacito de mí con la paciencia que tú no has tenido.

Hoy he echado un vistazo y he descubierto que en el fondo de mi agridulce existencia te encuentro hurgando en mi estómago cada vez que intento escupirte.

Hoy me he desnudado de cintura para abajo y he visto unas piernas cansadas de hablar a kilómetros lo que tú una vez juraste susurrarme al oído, pero no lo hiciste.

Hoy me he visto cerrando puertas y abriendo ventanas, y en todas te veía a ti, burlándote de mí.

Hoy me he escuchado en silencio por dentro y he gritado pidiendo socorro a cualquier boca vacía que no me sepa a ti.

He vomitado todas tus mentiras y me han brotado, de repente, unas ganas inmensas de partirte la cara que se peleaban con ese deseo tan brutal de comerte la boca -y lo que no es la boca-

He tenido que odiarme por creerte y te he creído por el miedo que me daba que no fueses verdad; pero te he tenido que mirar con dolor por encender mi ilusión y soplarme de golpe.

Hoy me he lavado las manos y he repasado cada segundo de cada día intentando ser menos estúpida de lo que en realidad he sido.

He aprendido que es mejor murmurar verdades que gritar mentiras.

Me he quemado por jugar con tu fuego y he deshojado esa sensación de nostalgia de que un día fuéramos nuestros y de nadie más.

Hoy me he puesto unos calcetines que estaban rotos, 
y me he dado cuenta de que debería comprar unos nuevos;

y un corazón.
 -que no se me olvide-




viernes, 14 de febrero de 2014

Y que como yo, ninguna.


Esto te pasa por no pensar en las consecuencias de querer por encima de tus posibilidades, por creer y confiar en palabras vacías de gente más vacía aún. Como dice mi padre: 'esta vida es muy cabrona,y la gente es muy cobarde.' Y toda la razón. Y así todos los días, que te cruzas con este tipo de gente que te raja de arriba a abajo. Y en fin. Esas personas conformistas y tan falsas con ellas mismas que se engañan hasta cuando se miran al espejo; y qué pena que haya gente como yo, que se lo cree todo (o eso hacía). Ilusa de los cojones. Esto me pasa por tonta, pero te juro que no me va a volver a pasar. Y también te prometo que esta es la última vez que quiero desde tan lejos. Que para zorra hija de puta, yo. Y que como yo, ninguna. Y que te vaya bonito, y que ojalá sonrías y encuentres el amor y toda la felicidad del mundo, pero que toda esa felicidad te explote en la cara cuando, un día, de repente, gires la cabeza y no puedas evitar pensar en mi. Y no puedas evitar pensar que ella, no soy yo. Y que sigas durmiendo bien por las noches, si es que puedes. Yo mientras me agarro a ellos, y a los abrazos a kilómetros y a las personas que me besan los párpados y me arrancan las sonrisas. Y te doy las gracias por desaparecer de mi vida. Soy ruinas, pero preciosas. Y ya no son tuyas. Se acabó el concierto, que ya hemos llorado bastante y gritado lo suficiente. Ahora me voy a follar los límites y el tiempo. Y a esperar. Esperarme a mí. Y hacerme mucho el amor. Y que me lo hagan. A todas horas. Y a confiar en que un día, cualquiera, te des la vuelta y veas que ya no estoy. Y QUE COMO YO, NINGUNA.

miércoles, 22 de enero de 2014

Me equivoqué...

Se acabo intentar continuar con algo que no tenia que haber empezado. Se acabó sentir celos, se acabó las noches en casa esperando un "no te he fallado, ni ahora ni nunca", recuerda los momentos en los que estuve, sabrás que no te he fallado, y lo creías... Se acabó de continuos enfados, de silencios incómodos, de esperar. Se acabaron las lágrimas por todo y por nada, solo quedó desaliento... Al final "El Hortelano" lo que tenía que haber hecho era matar al perro... 

lunes, 13 de enero de 2014

¿Cómo quieres que no hable de mí si sólo hablo conmigo?

Hoy me he preguntado 80 veces porqué sigo queriéndote. 
Que porqué sigo pensando que eres tú quien me hará feliz sino me aportas nada... No te importo nada. En lo único que piensas es en ti. No me creo tenerte tan cerca y a la vez tan lejos, no me creo que no seas capaz de echarme de menos, esa facilidad para tachar recuerdos... 
Y si, 80 son las veces que al día me acuerdo de ti, pero también son las mismas que recuerdo que tengo que olvidarte. 
Rock On