miércoles, 9 de julio de 2014

Diario de una ninfa

Me he despertado después de muchas noches sin dormir en esta cama que ha sido el escenario de tantas pequeñas muertes;

he perdido la cabeza por encontrar tu corazón, pero he descuidado el mío y ahora solo tengo muchos golpes 

y ninguno es de suerte.

 Me has metido mano sin llegar a tocarme,
me has arrancado la lencería con los ojos,
me has mordido con las manos.

Sabes cómo pasar tu mano por mis caderas y meterte debajo de mi piel,

me imaginas con los ojos que proyectan tus ganas de gritar mi nombre en pleno orgasmo,

me tocas como si fuera de cristal pero me rompo al pensar que no me rozas para destrozarme, joder.

Podría pasarme la vida entera tumbada, en bragas, con las ganas a flor de piel;

deberías entrar sin llamar por amor al silencio, follarme con las manos y llenarme los oídos de ciudades ahogadas en lluvia.

Y no sé, hoy tenía que decirte que estás muy guapo; tanto que me he ido al verte,

y quiero volver a hacerlo y subir las escaleras al cielo, desnudarte de frío y llenarte la boca de mares que no hayas visto.

Arráncame éstas ganas de bostezo y métete dentro como si no hubieras desayunado y quisieras comerte mi mundo,

ven a calentarme los abrazos y deslízate sonriendo entre las rodillas, pasa tu lengua por mi ombligo y llega hasta donde los besos regalan flores a cambio de orgasmos.

Colócate aquí y ponme. Allí, encima y lame y salva y folla -

                                        me.

Nos han crecido las ganas de primavera,

pero no te equivoques; 

el verano está a la vuelta de mi esquina y promete sonar a guerra en tu pecho.

Tócame como el que sabe que mañana va a llover y no quiere paraguas,
excítame como el que sabe que no espera a un viernes para ser feliz,
córrete como el que se enamora de la chica mala.

Hazlo y no pares, porque si paras, estoy perdida y si me pierdo voy a tener que encontrar la manera de salir a buscarme y ahora lo único que quiero es follarte contra la pared.

Me he convertido en una chica neón, que solo se enciende por la noche, 
cuando golpeas mi puerta con tu insomnio y yo no tengo más remedio que el que me queda: abrirme y que el sexo nos llueva del cielo y que el porno se muera de envidia.

Y sí, la felicidad puede ser maravillosa y la vida es eso que pasa mientras escribimos sobre ella; pero algún día cualquier descuido se convertirá en el amor de tu vida y entonces te darás cuenta de que el sexo es genial pero que a ti te siguen gustando las canciones con melodías que puedas bailar.

Rock On