jueves, 31 de diciembre de 2015

Se termina 2015. Un año único en que se han sucedido acontecimientos extraordinarios.
Se acaba diciembre y toca hacer balance de los objetivos marcados el año pasado y su evolución, además de un repaso general.

En cuanto a los propósitos que planteé para este 2015... Ninguno cumplido!! Porque no nos engañemos, nadie los cumple. Aceptate cómo eres que va a ser más facil que cumplir propósitos. 

Si hago balance de este año, bueno, ha sido un año especialmente bonito. Empezó encontrando al amor de mi vida y se acaba así también, asi que no puedo quejarme en ese aspecto... La verdad que ni en ese aspecto ni en ninguno, tengo mucha suerte de tener a la familia que tengo, a mis amigas que las quiero con locura, y a muchas personas conocidas que se están haciendo un hueco en mi corazón poco a poco. 

Para este año 2016 lo único que pido es salud para mi y para todos los míos.

Y nada, recordar, que siempre hay una razón por pequeña que sea para sonreír y vivir la vida como si no fueras a salir vivo de ella, que en efecto será asi. Asi que baila, rie, llora, disfruta de todo lo que puedas y más pero sobre todo, se feliz!

Feliz salida y entrada de año, que tengáis un año maravilloso. 

¡Besos!

sábado, 5 de diciembre de 2015

¡VIVA (-E) LA VIDA!

A la vida, hemos venido a dejarnos las ganas para que se despierten nuestros sueños, para que salgan de la almohada. Hemos venido a dejarnos lágrimas y sonrisas. O sonrisas y lágrimas. El orden de los factores es lo de menos pero la cuestión es que cuentes con ellas. Porque habrá días. Habrá momentos. Habrá emociones. Habrá cambios. Habrá vida. Y es que a la vida, hemos venido a dejarnos los sentidos. Los cinco y porque no hay más.Hemos venido a dejarnos las ideas sobre la mesa y las decisiones por el camino. Hemos venido a dejarnos el aliento para no rendirnos. El sudor, detrás de cada esfuerzo. Y nuestros pasos, desde el primero al último. Para seguir. Para insistir. Para que siempre sí.  A la vida hemos venido a dejar lo que somos. Cada uno de nosotros. Qué aburrido el que viene de puntillas, el que no sabe que tiene cosquillas, el que siempre tiene prisa y se pierde el presente, el que solo se mueve en septiembre. O en enero.

A la vida, hemos venido a dejarnos la confianza en unas manos que estén dispuestas a cuidarla. Y qué a gusto se queda uno cuando las encuentra. Hemos venido a dejarnos la voz para hablar de verdad. Y las miradas, para cuando las palabras no sean necesarias. Porque también hemos venido a dejarnos el silencio en una conversación cuando ya se ha dicho todo o simplemente, cuando respirar se convierte en una (la) prioridad. Pero que sí. Que a la vida hemos venido a dejarnos la ilusión en cada comienzo y el coraje en cada reto. Y el tiempo, el nuestro, el más valioso, en lo que creemos. Las excusas, en el olvido. Justo ahí. Lejos. Y los miedos, en el desván, dormidos. Que no hagan ruido. A la vida hemos venido a dejarnos las alas en cada vuelo. La piel, en cada abrazo. Los detalles, en cualquier rincón de la rutina. Las gracias, en el día a día. Y el corazón, como seguro que tú ya sabes, en todo lo que hacemos. Sin excepción.

A la vida hemos venido y solo por eso, vamos a atrevernos. Vamos a dejarnos algo. O todo. Un descuido así merece la pena. Que se note que lo único que nos preocupa es vivir

Rock On