jueves, 24 de abril de 2014

Ojalá te duela bonito.
Ojalá te duela incontables noches.


Ojalá busques mi boca en cada sonrisa que beses, y no la encuentres.
Pregúntate dónde estaré y a quién estaré besando.
Pregúntate si estaré desayunando galletas o comiendo helado o bostezando o desnudando a bocados las ganas que un día te tuve a ti.

Pregúntate si mis piernas estarán rodeando los kilómetros de otro y si juego a no dormir por murmurar palabras de amor, como hacía contigo.

Espero que cada mañana te despiertes pensándome y arañándote los ojos por no tener mis buenos días acariciando cada centímetro de tu piel desnuda.

Ojalá te arrepientas de no haber corrido hacia la vida que me prometiste.
Ojalá hubieses sido menos bala y más valor.

Espero que un escalofrío te recorra de arriba a abajo al que ver mi sonrisa ya no es tuya, que mis manos siguen escribiendo pero ya no es a ti y que alguien reclama mi mirada cómplice que tu has esquivado sin comerme ni beberme.

Pregúntate si en cada semáforo en rojo me paro a pensar en ti o lo cruzo kamikaze, sin mirar, porque ya no me gusta esperar desde que tú me enseñaste que esperar no sirve de nada.

Pregúntate quién recorre con su boca la espalda que una vez fue muy tuya.
Mírate en el espejo y echa de menos ver el reflejo de mis ojos comiéndote por detrás.

Búscame con la mirada en cualquier rincón de cada viernes en el bar y pregúntate por qué ya no me encuentras en tu cama cada noche y ya no te grito mis ganas en forma de gemido ahogado.

Tropieza conmigo al abrir cualquier sobre de papel y choca con tus ganas de que sea yo, y de que una foto mía aparezca haciéndote el amor con mi sonrisa.

Duda de ti y cánsate de que no aparezca en cada esquina,
hártate de tu vida incompleta, 
de las películas que acaban bien 
y de las cervezas que saben a nada.

Vuelve;
a preguntarte en quién pensaré cuando dibuje corazones en el aire,
quién meterá la mano debajo de mi vestido,
a quién le dedico mi cielo,
quién me salva cuando todo son espinas 
y, sobre todo, de quién es ahora mi sonrisa.

Escúchame en todas esas canciones que un día nos dedicamos.
Descúbrete buscándome en cada cama en la que no puedes dormir porque no estoy yo.
Pregúntate si sigo esperándote y si algún día podrás lamer las heridas que tú, un día -tras otro-, has ido abriendo más y más y metiendo los dedos untados de sal y mentiras.

Sorpréndete escribiéndome todo lo que un día me prometiste;
y júranos que esta vez es de verdad,
que no vas a adornar con mentiras tus ganas de tenerme.

Acuérdate de tu debilidad;
acuérdate de mí.

Que te follen. Que te follen y pienses en mí; y cuando te corras abras los ojos y veas que no soy yo. 
No son mis manos, ni mi pecho, ni mis muslos los que rozas; y te acuerdes de que el amor no es eso,
el amor soy yo; y que ya no te hago.

Muérete por mi,

de mi,
conmigo. 

Que toques fondo; pensando que me tocas a mí,
pero no;

y te des cuenta de que lo único que quieres es tocarme hasta el fondo.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Rock On