viernes, 14 de diciembre de 2012
A veces duele más quedarse que marcharse. Si te quedas, es porque esperas algo, y ese algo puede no llegar nunca. Después de vivir una situación poco agradable es cuando reaccionas, y te preguntas si vale la pena esperar por ese algo, si ese algo va a llegar algún día o si estás esperando en vano, desperdiciando un tiempo valioso.. Así que a veces, lo mejor es marcharse, sin hacer ruido. Cerrar la puerta, pasar página y quizá cuando menos lo esperas va a aparecer alguien que te rompa los esquemas, que haga que tus sombras vuelvan a tener luz y a sentirte un poquito más completa.
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