"-Yo
voy a estar contigo ¿sabes? Porque no sé cuando me enamoré de ti,
ni cuánto, porque no hay metros cúbicos ni litros para medir todo
eso. Pero sí sé porqué. Porque cuando andas con un catarro hueles
a Vicks Vaporub y porque tienes un hueco aquí entre el hombro y el
pecho y cuando pongo la cabeza me siento en casa, y porque todas las
fotos que tengo tuyas sales siempre sonriendo, en todas.
¿Y tú? ¿Por qué te enamoraste de mí?
¿Y tú? ¿Por qué te enamoraste de mí?
-Yo
no escogi enamorarme de ti,pero la primera vez que te bese
nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo y
fue increíble.
La
hora exacta de ese beso
eran las doce y diez,
y quite
la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre,
parada. El minuto exacto en el que me besaste está metido en un
reloj para siempre. Y ya nunca sé que hora es, pero me da igual. Y
desde entonces miro constantemente el reloj.
¿Sabes
lo que me gustaría? Estar tumbada contigo, sobre la hierba, mirando
la luna esa naranja que hay algunos días de verano y que empezara a
nevar y sentir los copos en la cara y tu mano..."
Una
vez el preguntaron a Lewis Hine, un fotógrafo de guerra, porqué
había elegido esa profesión. El contestó que si pudiera contar con
palabras todo lo que veía no necesitaría cargar todo el día con
una cámara de fotos. Que ciertos momentos de belleza, de desolación,
de horror y de heroísmo estaban mas allá de las palabras.
Yo
también lo creo, hay cosas que no podemos explicar con simples
palabras. Cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el
compromiso, o sensaciones como volver a abrazar a un amigo. Quizás
por eso nuestra vida se compone de imágenes, momento congelados en
el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el
rumbo de las cosas, de fotografías fijas guardadas en la memoria que
nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir....
No hay comentarios :
Publicar un comentario